Cedeci – Centro para el Desarrollo ciudadano interfronterizo

Democracia y Estado de bienestar

México avanzó hacia un régimen democrático, había reducido el autoritarismo, al presidencialismo como poder absoluto. En nombre de la democracia dio cabida a las diferentes representaciones políticas.

La integración económica en el libre comercio permitió a muchos mexicanos soñar con un mejor Estado de bienestar. En favor de los sistemas democráticos no puede omitirse el acontecer en México, actualmente se ha puesto en riesgo el Estado de Derecho.

Pasar del autoritarismo a un sistema democrático

Producto de reformas progresivas, la representación de la oposición política propició la caída del partido hegemónico, la representación proporcional permitió mayor división de poderes. La implementación de Derechos Humanos tuvo el propósito de propiciar una población civil con una fuerza capaz de contrarrestar el poder absoluto, de garantizar el Estado de Derecho y las garantías individuales.

Para la sociedad democrática el logró más importante está representado por las instituciones electorales. El Instituto Nacional Electoral es el garante de la democracia en México. Además de la acción de los Tribunales Electorales y de la Suprema Corte.

El riesgo para la democracia en México

La figura del Presidente Andrés Manuel López Obrador es la forma humana de contradicción. Por un lado, representa la llegada de una oposición a través del voto popular, prácticamente borró a los partidos políticos. Sin embargo, al mismo tiempo puso en riesgo la vida institucional de partidos, tan necesaria para la salud democrática. En México se requiere una vida institucional por encima del culto a la personalidad.

Integrantes del poder legislativo emanados del partido de la esperanza confundieron su responsabilidad con la república. Se convirtieron en instrumento del poder ejecutivo, al servicio del presidente. Han puesto en riesgo la división de poderes, han aprobado iniciativas sin considerar al Estado Mexicano, en beneplácito de su líder sin rumbo institucional.

La falsa promesa y el discurso de odio

La palabra fascismo proviene del verbo fascinación, del culto a la personalidad, es el cáncer que más daño ha causado a los mexicanos. El actual presidente ganó porque les dijo a los electores lo que querían escuchar. Acabar con la corrupción, estar del lado de los pobres, defender a la patria, meter a la cárcel a los expresidentes por presuntos ilícitos, defender a la patria. Con la falsa promesa llegó en un proceso democrático. Se consolidó con recursos económicos a discreción, ha creado granjas electorales, destruyendo todo signo de vida democrática. Ningún razonamiento por la división de poderes, seguridad, libertad de expresión, protección al ejercicio periodístico, competitividad y desarrollo, vida y Estado de Derecho, para evitar los feminicidios. Ningún argumento es válido ante el cheque con la figura del presidente. Además de los ilícitos e incompetencia, en nombre de la honestidad, el discurso de odio descalifica. Sin mencionar la presencia militar en todas las esferas de la vida cotidiana.

La caída del Estado de bienestar

Para tener el presupuesto se han sacrificado instituciones. El sistema de salud ha sido el más dañado, la educación ha retrocedido. Los fideicomisos para atender desastres se han visto afectados, a pesar que el cambio climático es otra amenaza tan letal como los actos delictivos que han crecido. La vida institucional se ve afectada por los recursos asignados directamente a las personas, pero además representan pérdida de progreso y competitividad. Millones de nuevos pobres que llevará varios años para resolver.

En resumen, se ha afectado al Estado de bienestar. A la democracia cómo elemento para mejor calidad de vida. El llamado a la revocación de mandato es parte de la democracia, cuando las instituciones convocan e impulsan la participación ciudadana. No cuando el Estado Mexicano regresa a un pasado no deseable, para mantener el culto a la personalidad.

Para preservar un Estado Mexicano democrático, es necesario acotar al presidencialismo, separar los poderes republicanos y sobre todo garantizar las libertades democráticas. Destacan: libertad de pensamiento, de prensa y expresión. De no garantizarse, la vida institucional en México no puede pasar desapercibido para la seguridad hemisférica, porque se estaría acercando a un peligroso estado totalitario.